Francisco Molina Camacho

Como un guitarrero entre dos mundos,
Francisco Molina Camacho (Barcelona, 1966)
o simplemente “Paco”, como es conocido, imprime en sus creaciones un contraste muy particular que le define: la pasión inquieta, salvaje y romántica de sus raíces de Granada; con el raciocinio y la obsesión por el buen trabajo característicos de su natal Barcelona.
Esa dualidad entre la Andalucía de sus padres y la paradójica Cataluña en la que creció, es la que hace de sus guitarras piezas únicas, irrepetibles, incomparables. Cada una, sea flamenca, clásica o de concierto, lleva un pedazo de su alma, la misma que se renueva una y otra vez, cobrando vida con cada madera que entra y sale de su taller.
Formado de manera autodidacta en la lutería desde 1994, es un apasionado de esta religión de fabricar guitarras, siguiendo el método tradicional español creado en Almería por Antonio de Torres Jurado en
década del año 1850, a quien se considera el padre de este instrumento. 

Esa dualidad entre la Andalucía de sus padres y la paradójica Cataluña en la que creció, es la que hace de sus guitarras piezas
únicas, irrepetibles, incomparables. Cada una, sea flamenca, clásica o de concierto, lleva un pedazo de su alma, la misma que se
renueva una y otra vez, cobrando vida con cada madera que entra y sale de su taller. Formado de manera autodidacta en la
lutería desde 1994, es un apasionado de esta religión de fabricar guitarras, siguiendo el método tradicional español creado en
Almería por Antonio de Torres Jurado en década del año 1850, a quien se considera el padre de este instrumento.

Mi experiencia

La inquietud por reinventarse y encontrar su pasión, provoca que pase de trabajar de ingenierías de automatización de procesos a relacionarse con la industria del ocio nocturno, siendo copropietario de distintas salas de conciertos y exposiciones. Es en esta etapa, arribando a sus 30, cuando comienza su formación como lutier, aupado por el maestro de la guitarra flamenca, Fernando Carranza.  A mitad de la década del año 2000 crearon juntos el Guitarmute, un accesorio de madera con seis cuerdas que emula a la guitarra y que sirve para aumentar la destreza de la mano derecha. También crean el primer paquete oficial de aprendizaje de guitarra  española, que comercializan en formato DVD.

Inspirado en la prolijidad del lutier cordobés Manuel Reyes, referente de la guitarra flamenca, llega el momento de hacer su primera guitarra y Paco la realiza en Santa Fe, guiado por el experimentado guitarrero granadino José Manuel Villafranca, quien le acompaña en el proceso. A partir de entonces y hasta la actualidad, las guitarras de Francisco Molina han evolucionado hasta el punto de alcanzar una esencia sublime en cuanto a la comodidad, destacándose también por su sonido con un potente y refinado timbre, característico de todos los modelos que llevan su firma. Las guitarras Francisco Molina facilitan al máximo el trabajo al guitarrista. Cada fragmento de madera es seleccionado minuciosamente, aplicando estándares de calidad basados en parámetros artesanales y tecnológicos, que se evidencian por un lado en la intuición de saber elegir la madera perfecta con tan solo dar un golpecillo a la pieza; y por otro en el uso de la precisión de un robot exclusivo, que la corta en perfecta simetría.
Desde su taller en Llinars del Vallés, combina el método tradicional español con técnicas de fabricación muy diversas, en las que experimenta con una gama de maderas, fibras de carbono, resinas y
disecantes. Un proceso que se mantiene en constante renovación, buscando siempre la máxima comodidad y el mejor sonido en un instrumento casi infinito, que se lleva siempre consigo.

Comodidad y sonido

Esta guitarra ha sido construida con el objetivo de conseguir el mejor sonido y la máxima comodidad. Fue creada siguiendo el
sistema exclusivo de fabricación de Francisco Molina, utilizando la base tradicional del sistema español Antonio de Torres, pero
incluyendo nuevos conceptos que mejoran la resonancia de las maderas. El proceso de fabricación se ha iniciado en la tapa, como parte más importante de la guitarra. Ha sido trabajada retirando su
uniformidad, de forma que proporciona un sonido potente y con proyección, limpio y equilibrado en graves y agudos, a la vez que
sostenido. A la tapa se le han incluido varetas armónicas
y se ha ensamblado en el tacón del mástil junto con los aros y el fondo, de esta forma se logra una construcción sólida y robusta,
que hará que el sonido mejore con el paso del tiempo.